El sector de las criptomonedas se ha propuesto una cosa desde su creación: sacar a los usuarios convencionales de los sistemas financieros tradicionales e introducirlos en un ecosistema en el que no importen las divisiones geopolíticas.
Las criptodivisas podrían representar una herramienta financiera fundamental hoy en día, no sólo para superar la actual inflación económica que estamos experimentando en todo el mundo, sino también para superar la represión política y la censura, especialmente en medio de las represiones y las sanciones internacionales.
El dinero, que ha ido evolucionando desde el momento de su creación, desde las conchas marinas hasta las monedas de oro, los billetes de papel y, ahora, está dando un gran salto hacia el futuro: el dinero digital.
Las instituciones gubernamentales podrían oponerse a lo que aportan el bitcoin y otras criptodivisas, ya que la reinvención del dinero tal y como lo conocemos hoy en día perjudicaría su monopolio en la impresión de dinero. Dicho esto, el esfuerzo de las criptomonedas por reinventar la moneda presenta algunos beneficios que no se pueden subestimar, como la resistencia a la censura, una alternativa al oro como depósito de valor, una comunidad muy fuerte que a su vez la hace más resistente y, además, está siendo adoptada por las grandes empresas como alternativa al efectivo en sus carteras y balances, lo que refuerza aún más su poder de permanencia.
Las criptomonedas ofrecen libertad frente a la vigilancia y la opresión financiera, esto es algo que hemos observado últimamente en países con hiperinflación, en los que su población se adaptó rápidamente a los entresijos de las criptomonedas y la tecnología blockchain para proteger sus ahorros, y también proporciona una alternativa válida a los que se encuentran en naciones con restricciones y medidas internacionales, especialmente hoy en día con los conflictos actuales en la región europea.
Las comunidades de todo el mundo que se enfrentan a dificultades para transferir y acceder a sus fondos también pueden aprovechar la libertad que ofrece la criptomoneda. Las personas afectadas por leyes sesgadas y normas culturales que dificultan su independencia económica, incluso a causa de sistemas financieros o bancarios poco fiables, también podrían beneficiarse de las criptodivisas y asegurar el capital.
Estos problemas que afectan a algunos países de Oriente Medio y África pueden sortearse gracias a la tecnología blockchain. La alfabetización digital ofrece a las comunidades de estos países una oportunidad de complementar sus ingresos, permitiéndoles generar pequeñas pero muy tangibles ganancias económicas a las que pueden acceder libremente para complementar y aumentar su calidad de vida e incluso utilizarlas independientemente de los sistemas bancarios habituales.
Una cosa es cierta, aunque las criptodivisas como el bitcoin representen activos muy volátiles, definitivamente pueden ayudar a los inversores a crear riqueza a largo plazo gracias a su naturaleza generalmente deflacionaria.
Propiedad financiera y privacidad
Las criptomonedas pueden ofrecer una capa de protección para la privacidad financiera de un individuo que normalmente está ausente en las transacciones regulares en moneda fiduciaria. Puede ser algo más que una alternativa a la emisión de monedas mal gestionada por la mano de las instituciones gubernamentales, que suele conducir a la inflación, junto con un puñado de problemas que plagan las monedas tradicionales.
Consideremos, por ejemplo, casos como el de China, que a lo largo de los años, aumenta continuamente la vigilancia de su población y sus finanzas o el caso de la India, donde están planeando lanzar un banco central específico para las monedas digitales con el objetivo final de disminuir el anonimato y controlar las transacciones a nivel individual. En estos dos países hay una adopción masiva de la tecnología blockchain para evitar este tipo de vigilancia, y sus correspondientes gobiernos buscan activamente prohibir las criptodivisas por la misma razón.
El dinero en efectivo siempre ha sido una parte esencial para lograr la libertad financiera, sobre todo por su cualidad de permitir transacciones que son privadas y anónimas. Permite a los individuos procesar transacciones e intercambios de dinero fuera de la vigilancia de los institutos gubernamentales, un papel que ahora está siendo asumido por las criptodivisas.
Sin duda, el dinero en efectivo en sí mismo está en su declive, y la tendencia de la gente a sustituir las transacciones en efectivo por los pagos con tarjeta no es algo nuevo, sino una cuestión que ha sido continua a lo largo de los años, y ha disminuido el papel de los billetes en nuestra sociedad moderna. La pandemia también ha acelerado esto al hacer que las personas eviten los métodos de pago físicos y adopten los pagos digitales.
En conjunto, la aceptación de las criptomonedas por parte de la corriente dominante está en pleno apogeo, y los problemas de privacidad y censura relacionados con la moneda fiduciaria parecen más evidentes, ya sea por los acontecimientos actuales o por el desarrollo de alternativas más atractivas.
Isaac Vitales