Consumo energético de la industria de las criptomonedas: cómo sera afectado por el merge
No es un secreto para el público la cantidad de energía que utiliza la industria de las criptomonedas. Según el Centro de Finanzas Alternativas de Cambridge, sólo el blockchain de Bitcoin utiliza aproximadamente 100 teravatios por hora al año, lo que equivale aproximadamente a la cantidad que utiliza anualmente el estado de Washington (este estado tiene 7,5 millones de personas según un censo de 2020), o todo el país de Polonia. El consumo de energía a esta escala produce una enorme cantidad de dióxido de carbono, aunque depende de la forma en que se produzca la energía (la energía de carbón crea una cantidad mucho mayor de emisiones de carbono que las producidas por la energía hidráulica. No obstante, sigue siendo mucha energía para que la consuma una sola industria, y más aún una sola marca de blockchain, pero ¿por qué?
La razón está estrechamente ligada a la existencia de las propias criptodivisas, a su finalidad: la moneda digital descentralizada. Para que ésta exista, las transacciones de la criptodivisa tienen que ser verificadas por ordenadores para que sean visibles e irrepetibles. Estas transacciones ocurren en la cadena de bloques, todas ellas encriptadas una a una en bloques hasta que cada bloque alcanza su capacidad y se adjunta al bloque anterior. La forma en que un ordenador las verifica es mediante el uso de algoritmos, que requieren una cierta cantidad de esfuerzo computacional, y ese esfuerzo computacional utiliza la electricidad como combustible.
Actualmente existen dos algoritmos que verifican las transacciones de la cadena de bloques: Proof of Work (PoW) y Proof of Stake (PoS), que difieren en la forma en que eligen y califican a sus usuarios para añadir transacciones, así como en la cantidad de energía eléctrica que requieren.
La fusión de Ethereum
Como es sabido por la comunidad de criptomonedas, Ethereum está pasando por un gran cambio en su plataforma y sistema de blockchain: pasarán de un sistema de validación Proof-of-Work a un Proof-of-Stake, fusionando su actual blockchain PoW con la más joven PoS Beacon Chain. Esta última no es un sistema blockchain completo, sino sólo una capa del mismo, que se lanzó allá por 2020 como primer paso para este cambio y dejar atrás para siempre el sistema PoW.
La cantidad de energía que se estima actualmente que consumen es de 80 Terawatts por hora anualmente, comparable al consumo eléctrico anual de toda la República de Chile. Son 20 teravatios menos que Bitcoin, pero sigue siendo una cantidad muy considerable, mucho más cuando se suman y se da cuenta de la cantidad de energía que consumen sólo estos dos sistemas principales de blockchain.
Según ellos, esta fusión reducirá su consumo de energía en un 99,5%, por lo que será mucho más sostenible y dejará atrás el enorme uso de electricidad y las emisiones de dióxido de carbono que se crean como resultado.
Pero, ¿cómo es posible? Como la propia Ethereum ha afirmado, este cambio sería como estar en una nave espacial en pleno viaje astronómico y decidir cambiar su motor en mitad del vuelo. Es ciertamente difícil, además, ¿cómo sabemos que realmente bajará la cantidad de energía que consume? La respuesta es la diferencia entre los sistemas Proof-of-Work y Proof-of-Stake.
Proof of Work y Proof of Stake
El algoritmo PoW funciona enviando problemas complejos para que los ordenadores los resuelvan, utilizando un método de prueba y error, y una vez resueltos el ordenador obtiene la autoridad para añadir nuevos bloques a la blockchain para las transacciones. Desgraciadamente, la razón por la que este proceso consume mucha energía es que los ordenadores tienen que competir entre sí -tratando de ser los primeros en resolver el problema enviado por el algoritmo- para ganarse el derecho a validar las transacciones, siendo el primero de ellos el "ganador" y ganando monedas como recompensa. El intenso uso de energía es lo que impulsa al minero a no verificar transacciones ilícitas ya que supondría una pérdida de costosos recursos.
Por otro lado, el algoritmo PoS valida las transacciones pidiendo por adelantado una cantidad elevada de la criptomoneda que está validando para formar parte de la red, encerrándolas en un contrato inteligente en la blockchain -de este modo las "estaca". No se basa en el consumo de energía y el esfuerzo informático para competir por la validación de un bloque, y en su lugar selecciona aleatoriamente a un participante para validar la transacción, ganando a cambio una cuota de la criptodivisa. El método de aseguramiento consiste en que una vez que un validador presenta datos o transacciones fraudulentas se le castiga "quemando" todas sus apuestas, enviándolas a un monedero inutilizable al que nadie tiene acceso. Su desventaja es que aquellos que pueden permitirse apostar la mayor cantidad de criptodivisas tienen más probabilidades de ser seleccionados por el algoritmo, y los que tienen menos o no pueden permitirse la cantidad de criptodivisas que se les pide como inicial no pueden formar parte de la red o ganarán mucho menos.
Entonces, ¿cuál es mejor?
En ambos casos, hay que hacer una inversión de todos modos, ya sea invirtiendo en equipos especializados que utilizan una gran cantidad de energía -lo que se reflejará en la factura de la electricidad- o bloqueando una cantidad significativa de criptodivisas en una red por adelantado. Esto nos lleva a nuestro punto principal, cuando llega el momento de que una persona que quiere invertir ya sea en la minería o en el staking decida, puede elegir un camino en el que el consumo de energía y equipos es el área de inversión y cuyo efecto colateral es el aporte de emisiones de dióxido de carbono, agravando así la crisis climática a la que ya nos enfrentamos, o en cambio invertir su criptodivisa de una manera mucho menos dañina para el medio ambiente y directa.
La fusión a la que se enfrenta Ethereum hará que disminuya totalmente la cantidad de consumo de energía que utiliza la industria de las criptodivisas ya que es -junto con Bitcoin- una de las principales criptodivisas en cuanto a consumo de energía, y el mercado en general también. PoS ha existido desde 2012, por lo que no hay una gran revolución en el campo en sí, pero este cambio sin duda tendrá un impacto grande y notable en la esfera de las criptomonedas, impulsando a otras tecnologías a considerar PoS como una nueva alternativa, impactando en la propia y amplia gama de herramientas y servicios que operan en la blockchain de Ethereum, además de que la lenta estabilización de las criptomonedas después de la caída a principios de año será totalmente ayudada por esto.
Karliana Medina